Fibromialgia: una gran desconocida

La fibromialgia es una entidad patológica que afecta a quienes la padecen de forma física, psíquica y social. Se trata de una enfermedad crónica y compleja que se describió por primera vez en Alemania en 1843. A lo largo de su historia ha cambiado en varias ocasiones su denominación hasta que en los años 70 del siglo pasado, adoptó definitivamente el nombre de fibromialgia. El problema principal de esta enfermedad es que no existen pruebas diagnósticas objetivas y sólo llegamos a su certeza a través de la sospecha clínica. Esto hace que en muchas ocasiones se retrase el diagnóstico. Sabemos que la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad tienen que pasar por muchas y distintas especialidades médicas antes de que finalmente sean diagnosticadas de fibromialgia, retrasando así el inicio del tratamiento. ¿Quieres conocer esta enfermedad un poco más a fondo?

 ¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia es una enfermedad que causa dolores osteomusculares generalizados acompañados de otros síntomas como fatigabilidad, insomnio, alteraciones del ánimo, etc... Afecta al 2-5% de la población adulta en España y de todas las personas afectadas, el 90% son mujeres.

No se sabe con exactitud cuáles son las causas que la provocan pero se sospecha que puedan intervenir diferentes factores como los de tipo hormonal (de ahí su predominio en mujeres) y factores relacionados con el sistema nervioso. Influye también la predisposición genética de cada persona.

¿Qué síntomas produce?

Los principales síntomas producidos por la fibromialgia son:

- Dolor crónico generalizado, sobre todo dolores musculares.

- Fatiga que no mejora con el reposo.

- Hormigueos en extremidades.

- Alteraciones abdominales como diarrea y estreñimiento, similar a un síndrome de intestino irritable.

- Alteraciones del sueño: insomnio o sueño no reparador.

- Alteraciones del ánimo como ansiedad y/o depresión. 

- Síntomas urinarios,  necesidad de orinar con frecuencia.

¿Cómo se diagnostica?

Como ya hemos explicado, los criterios para diagnosticar una fibromialgia son puramente clínicos y no existen pruebas de laboratorio o de imagen que nos lleven a la certeza de padecer esta enfermedad. Por suerte, el colectivo médico, cada vez está más alertado sobre esta patología y se llega más rápidamente a un diagnóstico.

¿ Cuál es su tratamiento?

Al tratarse de una enfermedad poco conocida en cuanto a las causas que la producen, se desconoce con exactitud el trastorno al que las medidas terapéuticas deben dirigirse y por tanto, los esfuerzos deben orientarse a:

- Controlar la enfermedad.

- Mejorar la calidad de vida del paciente.

- Conseguir la adaptación psicológica del paciente a medio y largo plazo.

Para lograr estos objetivos, se requiere un abordaje multidisciplinar. La SER (Sociedad Española de Reumatología) nos ofrece el siguiente decálogo de recomendaciones como pilares fundamentales de tratamiento:

1- Aceptar el dolor. Conocer y reconocer la enfermedad es el primer paso para asumir que el dolor formará parte de nuestra vida y que tenemos que aprender a controlarlo para poder disfrutar de una vida normal. No debemos pensar en píldoras mágicas que hagan desaparecer el dolor por completo porque no las hay; tenemos que aprender a aceptar que en determinados momentos tendremos dolor y que necesitamos saber cómo aliviarlo. 

2 - Controlar las emociones. Es normal que aparezcan sentimientos negativos como el enfado, la ira o la frustación ante el dolor crónico que padecemos, pero tenemos que controlar estos sentimientos para que no se conviertan en un problema añadido. Para ello debes reconocer lo bueno y positivo que sucede en tu vida: familia, amigos, proyectos, éxitos laborales ... con los que disfrutar e ilusionarte. No trates de ser un perfeccionista, plantéate objetivos reales y alcanzables. Cuenta a las personas de tu entorno cuáles son tus sentimientos para que puedan ayudarte.

3 - Controlar el estrés. Las situaciones de estrés provocan tensión, aceleración de tus funciones fisiológicas, etc... que en nada te benefician. Reconoce a tiempo estas situaciones y desarrolla técnicas que ayuden a combatirlo. Recuerda que a veces, las situaciones de estrés se derivan de pequeñas cosas de tu día a día, estate alerta.

4 - Evitar la fatiga. Tan perjudicial es estar inactivo como sobrecargar tu agenda de tareas que requerirán grandes esfuerzos para verlas cumplidas. Debes mantenerte activo en objetivos que no supongan un exceso de energía. Examina tus obligaciones diarias para ajustarlas a tu ritmo.

5 - Hacer ejercicio. El ejercicio es fundamental para tratar la fibromialgia; mantiene en forma tus músculos, regula el sistema cardiovascular, mejora el sueño y el ánimo y disminuye el dolor. Se recomienda el ejercicio aeróbico: caminar, nadar, montar en bici, bailar... Más o menos 30 minutos al día y al menos 3-4 días en semana.

6 - Relacionarse con los demás. La conversación con la familia y los buenos amigos alivia las preocupaciones y los sentimientos negativos. Pide ayuda si lo necesitas pero evita que la comunicación se centre exclusivamente en tu dolor. El apoyo de aquellos que nos rodean nos ayuda a afrontar mejor la enfermedad.

7 - Proteger tu salud. Intenta intervenir en los otros aspectos de tu vida. Seguramente entenderás que el tabaco, la cafeína, el sedentarismo, el exceso de peso, etc... no te ayudarán para nada a afrontar tu enfermedad. No añadas otros problemas de salud que dependen exclusivamente de ti.

8 - Usar los medicamentos con precaución. Existen muchos medicamentos que te van a ayudar a controlar tu enfermedad. Analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos y otros grupos pueden ayudarte a controlar el dolor aunque no llegue a desaparecer por completo o para siempre; probablemente necesitarás de ellos en algunos momentos pero recuerda que siempre deben ser prescritos y supervisados por tu médico de familia o tu especialista en dolor crónico; evita la automedicación en todas sus facetas.

9 - Cuidado con las medicinas alternativas. Existen terapias que realmente pueden ayudarte a controlar el estrés o el dolor como es el caso del yoga, el taichi, los masajes ... que tú mismo irás descubriendo. No obstante, se recomienda siempre consultar con tu médico sobre la conveniencia o no de acudir a estas terapias, que a veces resultan muy caras en relación al beneficio que producen. Desconfía de todas aquellas que prometan curación completa y/o rápida, de las que aconsejen abandonar la terapia previa con medicinas o los "tratamientos secretos que sólo pueden administrar determinados proveedores". 

10 - Ser constante. La paciencia es importante para conseguir resultados a medio y largo plazo. Sabes que habrá "días malos", cuenta con ellos pero prepárate para afrontarlos y cuando lleguen, intenta mantener tus compromisos habituales, sal de casa, relaciónate con los demás y dedica más tiempo a relajarte. Recuerda con frecuencia que tú puedes controlar tu enfermedad.

Queremos acabar agradeciendo a la Sociedad Española de Reumatología por ofrecernos este decálogo de recomendaciones, así como a las diversas asociaciones de fibromialgia presentes en todo el territorio nacional, que tan valiosa labor realizan cada día y por el apoyo que prestan desinteresadamente a pacientes y familiares.

Y, como siempre, ponemos a tu disposición los distintos canales de comunicación de "mi buhardilla secreta" por si te apetece compartir tu experiencia.