sábado, 5 de enero de 2013

¿Qué es el síndrome de intestino irritable?


El síndrome del intestino irritable, también llamado colon irritable, es un cuadro crónico caracterizado por dolor abdominal, acompañado en ocasiones de sensación de distensión (sentirse como hinchado/a, sobre todo después de las comidas). Con frecuencia se asocia a cambios del ritmo intestinal, es decir, diarreas que se alternan con estreñimiento.

Es más frecuente en mujeres, suele aparecer antes de los 35 años y mejora o desaparece tras la menopausia.

¿Qué causas lo pueden producir?

No se saben muy bien las causas que producen este síndrome pero parece que se debe a una alteración en el movimiento del aparato digestivo, muchas veces influenciado por factores psicológicos. Se están realizando actualmente estudios sobre si podrían influir otras causas como intolerancias a alimentos, factores genéticos, hormonales, etc.

¿Qué síntomas produce?

Los más típicos son el dolor, la distensión abdominal y las alteraciones de las deposiciones.
- Dolor -  Suele ser un dolor difuso en abdomen inferior, opresivo o punzante, habitualmente asociado a ganas de defecar, con una duración inferior a dos horas y que suele respetar el sueño.
- Distensión abdominal - Sensación de estar hinchado y formación de gases (meteorismo) que se van acumulando a lo largo del día. Es frecuente también la saciedad precoz, que consiste en “sentirse lleno” en cuanto comes un poco. Las nauseas, los vómitos y la pirosis (ardores tras las comidas) son menos frecuentes.
- Alteraciones de las deposiciones – Se pueden producir cambios en la consistencia de las deposiciones, más blandas o más duras de lo  habitual. Sensación de evacuación incompleta y a veces moco en las deposiciones.

¿Cómo se diagnostica?

No existen pruebas que de una forma objetiva nos diagnostiquen un colon irritable. Habitualmente tu médico de familia sospechará que lo padeces cuando le cuentes tus síntomas y complete tu historia con una buena exploración. Es posible que solicite alguna analítica de sangre, de orina o de heces y alguna prueba complementaria (ecografía, endoscopia, etc.) si tiene dudas, orientada a descartar otras patologías que podrían confundirse con el síndrome de colon irritable. Se trata, por tanto, de lo que en medicina se llama diagnóstico por exclusión.

¿Cuál es su pronóstico?

El síndrome del intestino irritable tiene un pronóstico totalmente benigno. Cursará con periodos asintomáticos junto con recaídas más o menos frecuentes en función de otros factores. Generalmente, las personas sometidas a mayor estrés o con ansiedad suelen sufrir recaídas mas frecuentes. Las expectativas de vida, obviamente, son las mismas con la enfermedad que sin ella.

 ¿Cómo podemos tratarlo?

Es muy importante que el paciente tenga una información completa y adecuada de lo que le pasa para que resuelva sus dudas y entienda su enfermedad. Aunque ya hemos hablado de su naturaleza benigna, las personas con diagnóstico de colon irritable tienen que sufrir las molestias de sus síntomas y a veces repercute en su vida social, laboral, etc.

Consejos para los pacientes diagnosticados de colon irritable:

Evita alimentos y bebidas que desencadenan o empeoran los síntomas: café, alcohol, picantes, derivados lácteos, bollería industrial, mantequillas, embutidos y alimentos grasos en general.
Evita el meteorismo. No se recomienda la ingesta de alimentos que sean muy flatulentos: legumbres, como las judías y los garbanzos, algunas verduras como la coliflor, el repollo o los guisantes, las bebidas o refrescos carbonatados (no diremos nombres pero que tú ya conoces). Mastica muy bien y despacio los alimentos para evitar la formación de gases.
Evita el consumo excesivo de frutos secos y las conservas; no deben de formar parte de tu dieta habitual, lo que no quiere decir que de vez en cuando no te puedas comer unas pipas. 
No hagas comidas copiosas. Intenta comer cantidades más pequeñas y  repartidas a lo largo del día, las cinco comidas al día habitualmente recomendadas pero en raciones moderadas.
Realiza ejercicio físico adecuado a tu edad y posibilidades; de lo que se trata es de evitar el sedentarismo y restar horas al tiempo que pasamos ante el televisor.
Con frecuencia es difícil pero trata de evitar aquellas situaciones que te causen estrés o te produzcan ansiedad. Está demostrado que estos factores agravan claramente los síntomas.

Cuando los síntomas sean muy intensos, habla con tu médico. Existen medicamentos que pueden aliviarlos como los inhibidores de los espasmos, los estimulantes de la motilidad, antidiarreicos o laxantes según sea tu caso e incluso ansiolíticos si fuera necesario.

Te recuerdo, como ya lo hemos hecho en otras ocasiones, que las actividades relajantes (yoga, meditación, tai chi…), la psicoterapia y similares pueden también ser una opción para resolver tu problema. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario