domingo, 17 de febrero de 2013

¿Qué hacemos con la hipoteca?

   El interés de un crédito hipotecario para la compra de una vivienda durante un tiempo promedio de 30-35 años puede doblar el costo de la vivienda.

   El interés es el dinero que trabaja en tu contra las 24 horas al día de los 365 días del año. Si consiguiéramos reducir el número de años de este tipo de deudas nos ahorraríamos miles de euros pero, como todos ya sabéis, ésto puede llegar a ser muy difícil.
   Si tu economía no pasa por buenos momentos, ni te plantees cambios, no te agobies por los intereses que te pueda ocasionar tu hipoteca y busca fórmulas para aliviar los pagos, establece planes de ahorro y habla con tu banco exponiendo claramente la situación para intentar mejorar las condiciones e ir más desahogado: disminuir la mensualidad, alargar el plazo, etc…

   Si además de tu hipoteca tienes otras deudas, dígase créditos, compras a plazos, tarjetas de crédito, etc… plantéate primero liquidar éstos antes de pensar cómo conseguir adelantar la cancelación de tu hipoteca.

   Pero puede que hayas progresado, que tus ingresos hayan mejorado en los últimos años, que hayas conseguido ahorrar algo de dinero o simplemente que hayas podido reducir tus gastos cancelando otras deudas, por ejemplo con el método bola de nieve que explicamos la semana pasada.
Si éste es tu caso, es buen momento para intentar renegociar con tu banco las condiciones del crédito. A mayor importe mensual o menor plazo, menores serán los intereses y mejor para ti.
Puedes también tantear en otras entidades financieras para que recompren el crédito de la competencia, pero antes tendrás que leer muy bien la letra pequeña de lo que te ofrezcan y fijarte en qué gastos y comisiones se van a generar al abrir un nuevo crédito con otra entidad y con cuánto dinero te va a penalizar tu banco por cancelación anticipada de la hipoteca.

    Es aterrador ver cómo nos dirigimos la mayoría de nosotros a una entidad bancaria a solicitar un crédito hipotecario, la operación económica probablemente más trascendente de nuestra vida, confiando casi a ciegas en nuestro asesor bancario, con mínimos conocimientos sobre estos temas y leyendo “por encima” la letra pequeña de nuestro contrato. Las cláusulas van apareciendo casi  como por encanto conforme van cambiando las circunstancias financieras; tómese como ejemplo la ya célebre cláusula “suelo” y cómo ha perjudicado a las hipotecas afectadas conforme ha ido bajando el euribor en los últimos años. No éramos expertos económicos y difícilmente íbamos a predecir el curso de los acontecimientos en los años venideros. 

    Si decides permanecer en tu banco, mira si puedes aumentar los pagos mensuales o acortar el plazo. Se necesita disciplina y un poco de ajuste presupuestario pero poco a poco será más fácil.
Los más interesantes son los créditos que permiten hacer aportes al capital, es decir, agregar anualmente una cantidad libre de intereses para rebajar lo que debes y pagar antes; es decir, aportes al capital, no a los intereses. Puedes ahorrar un poco de dinero cada año y emplearlo para este aporte. Verás que gratificante es ver como va disminuyendo lo que debes.

  Como ya hemos comentado en muchas otras ocasiones, el objetivo es ir poniendo los medios necesarios  para ir progresando en nuestra educación financiera y aprender a  gestionar nuestro dinero con el fin de obtener rendimientos a nuestro favor.

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