viernes, 30 de agosto de 2013

Lucentum: el origen de Alicante

Foro de Lucentum

Os presentamos una propuesta arqueológica: el yacimiento de Lucentum, que algunos autores identifican con la ciudad de Akra Leuké, fundada por el cartaginés Amílcar Barka en el contexto de las guerras púnicas con Roma. Hoy en día, las ruinas son eminentemente de naturaleza romana. Su visita es imprescindible para entender el origen de la ciudad de Alicante.


Akra Leuké significa "Promontorio blanco" y es la denominación con que los comerciantes griegos conocían al cerro del castillo de Alicante. Su visión desde el mar suponía una referencia inmediata que les ayudaba en la navegación. En el Tossal de Manises, al otro lado de la Albufereta, se encuentra el yacimiento de Lucentum, cuya visita os recomendamos en esta entrada de "El color de la vida". Pasear por sus ruinas resulta fundamental para conocer la importancia y el origen de los asentamientos levantinos que darían lugar a ciudades hoy en día tan destacadas como Alicante.



Un poco de historia

La Primera Guerra Púnica del siglo III a.C. supuso la victoria de Roma sobre Cartago, su gran rival en la lucha por la hegemonía del Mediterráneo. Cartago perdió Sicilia y Cerdeña y trató de compensar las pérdidas ocupando parte de la Península Ibérica. Dos importantes figuras militares, Amílcar y Asdrúbal, fundaron dos asentamientos: Akra Leuké y Cartago Nova, respectivamente. Roma enviaría después gobernadores a la Península Ibérica para hacer frente a su enemigo en territorio ibérico. En 202 a.C. Aníbal, hijo pequeño de Amílcar, es derrotado en Zama por Publio Cornelio Escipión "El Africano", y Roma se impone definitivamente sobre su enemigo cartaginés. Es entonces cuando se lanza a la conquista de Hispania, pero ésa es otra historia.

Existe debate sobre si el actual yacimiento de Lucentum se corresponde o no con el Akra Leuké de Amílcar Barka. Fuera o no, constituye Lucentum un interesante lugar para pasear y admirar la "gloria de Roma". A veces resulta complicado encontrar la huella de los pueblos preexistentes, su cultura material, cuando Roma "pasa por encima". En Lucentum, existe un único punto donde puede atisbarse el legado del pueblo íbero: se trata de un sector de la muralla. Aquí hay restos de una vivienda íbera, dotada de zonas de almacén.


En la visita a Akra Leuké-Lucentum, resulta de especial interés:

- La muralla: clásica muralla romana de piedra grande y mampostería. En algunos puntos informativos se explica las modificaciones en el trazado que sufrió con el paso del tiempo. Algunas de ellas están condicionadas por el hecho de la seguridad que generaba Roma: en el entorno de la domus, por ejemplo, la muralla fue derribada para acoger habitaciones de la casa (un triclinium y un oecus). Ya no hacía falta estar dentro del recinto amurallado: Roma se vanagloria de sus éxitos militares. La puerta oriental es interesante, con un fuerte bastión y una torre adosados a la muralla. Conviene fijarse en los rebajes de la puerta: se comenta en el yacimiento que pueden ser para las rodadas de los carros boyeros. ¿Podrían ser incluso excavados para drenar el agua? En la muralla del sudoeste hay la cabeza de un toro en relieve. No se ve muy bien, la verdad, pero resulta interesante por las conexiones que supone con el mundo ibérico y mediterráneo.


Toro tallado en la muralla

- Antes de la puerta oriental hay unas interesantes inscripciones funerarias. Una llama poderosamente la atención: se trata de un pompeyano afincado en Lucentum, quizá por motivos comerciales. Pueden imaginarse bellas historias leyendo los nombres y las fechas.

- La visita sube hasta un bonito ejemplo de mosaico. No se trata del típico mosaico de teselas cuadradas (opus tessellatum), sino de otra variedad  realizada con fragmentos de cerámica o ladrillo en una base de mortero y cal: adquiere un color rojizo característico. Se denomina opus signinum y es sencillo y económico. Era típico no sólo de Roma, sino también del mundo púnico. Una vez sepas distinguirlo, lo verás por toda Lucentum. Sin duda,"estaba a la moda".


Opus signinum


- Calles: uno puede llegar a imaginarse las tiendas a ambos lados de las calles con las perforaciones para instalar las hojas de las puertas. Estas tiendas son conocidas en el mundo romano como tabernae. Se distinguen por tener un umbral de piedra muy ancho con una larga acanaladura donde introducían las tablas de madera con que cerraban la puerta de la tienda. Este tipo de estructura no estaba en las casas, que contaban con otro tipo de cerramiento. El equipo de arqueólogos del yacimiento colorean la grava para indicar al turista el uso de la zona: blanco para zonas de paso o uso público, amarillo para las zonas defensivas, rojo para espacios privados o viviendas y azul para zonas donde había agua, como cisternas o depósitos. Una de las cosas que llama la atención es la gran cantidad de almacenes de agua que se encuentran en el yacimiento. Hay buena obra de desagüe pero no se detecta nada de abastecimiento. ¿Cabe pensar que emplearan el agua de la lluvia almacenada para todo? Existe una gran cisterna recubierta con capas impermeables de mortero. Se tapaba con tablones de madera para mantener potable el agua.


Ranura para las tablas de madera que cerraban la tienda

Aspecto urbano. Longitudinalmente, desagüe de alcantarilla.


- El foro: podrás diferenciarlo rápidamente por sus columnas reconstruidas. En la cabecera, se eleva el podio de un probable templo. No presenta entrada directamente a tiendas, como ocurre en otros yacimientos como Clunia Sulpicia. En este sitio se "cocían" los asuntos importantes para el devenir del lugar. Cerca del foro hay una observación curiosa: se trata de las huellas humanas y de animales domésticos que han quedado marcadas en el suelo fangoso del momento. Es interesante porque no suele verse este tipo de resto en los yacimientos arqueológicos.


Huellas "fosilizadas"


- Las termas: hay dos destacables. Verás que no hay grandes piscinas exteriores o natatio, como en otros yacimientos levantinos, lo que llama la atención. Quizá no hubiera espacio urbano para ello. Cuentan con sus salas de agua fría, templada y caliente. En las Termas de Popilio, sufragadas por el tal Popilio (como nos cuenta una inscripción en una piedra), en la sala de agua caliente se observa un bonito alveus o bañera a la moda del momento.


Praefurnium u horno donde se calentaba el aire de las salas


El yacimiento cuenta con paneles adecuados e infraestructura (zona de descanso, aseo y bebidas). Echamos en falta algún audiovisual que ayude a comprender mejor la historia del yacimiento.Es aconsejable visitar la página web del excelente Museo de Arqueología de Alicante (MARQ). Existe, además, una aplicación descargable para terminales móviles (puedes buscarla como "Lucentum") con información de los puntos más destacados donde conviene pararse. La duración de la visita varía según inquietudes, aunque en un par de horas se puede uno hacer una buena idea de la magnitud del lugar. Para horarios, consulta la web del MARQ.

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