lunes, 18 de noviembre de 2013

Situaciones de urgencia - 1

Cualquiera de nosotros podemos encontrarnos en la circunstancia de tener que socorrer a una persona accidentada o que sufre alguna urgencia médica. En estos casos, no bastan las buenas intenciones ni los mejores deseos; es necesario actuar con eficacia y rapidez. Mantener la calma, pensar y no precipitarse son las tres normas imprescindibles para actuar eficazmente en estos casos. Empezamos hoy una serie de artículos que nos irán acompañando periódicamente en "el desván de la salud" para explicaros algunas nociones básicas sobre cómo actuar en situaciones de emergencia.



¿Qué hacer en caso de accidente o urgencia médica?

Como no es habitual tener que enfrentarnos a un accidente o a una urgencia médica, es normal perder la calma o realizar acciones no demasiado útiles, o lo que es peor, realizar acciones inadecuadas o peligrosas.

Ante una situación de este tipo, hay que intentar conservar la calma y comenzar por tres pasos:

1º Protegernos a nosotros mismos y a la persona que necesita nuestra ayuda.

Se trata de tomar las medidas inmediatas para evitar que el accidente se complique o la situación se convierta en algo más grave. Ante todo, intenta prever los riesgos que puedas sufrir tú. No te expongas a riesgos innecesarios por la buena predisposición  a ayudar. Esto es especialmente importante en accidentes en carretera, en que abandonamos precipitadamente nuestro coche o nuestra posición para acercarnos a ayudar a alguien sin pensar en que podemos ser objeto de un posible atropello o de otro accidente.
De la misma manera, debemos proteger al accidentado de otros daños que puedan añadirse y que potencialmente empeorarían la situación.
Si la urgencia sucede en carretera, no te olvides de señalizar el lugar del accidente para informar a los otros vehículos y prevenir así otros posibles accidentes.



Veamos algunos ejemplos:

-  si una persona sufre un infarto o una fractura y está cerca de un fuego, primero tendrás que actuar para que el fuego no os alcance ni a él ni a las personas que vais a ayudar.

si hay un accidentado en una vía pública, lo primero que hay que hacer es prevenir un posible atropello bien de la persona que necesita ayuda como de los que van a auxiliarle.


2º Avisar, es decir, pedir ayuda. 

Avisar y pedir ayuda es el segundo paso que hay que dar de inmediato. Busca ayuda de la forma más rápida posible, sea de viva voz, sea por teléfono o incluso pidiendo a otra persona que lo haga. Si no hay nadie, grita solicitando ayuda o llama a través de tu teléfono a los servicios de emergencias. Si hay otras personas en el lugar y tú vas a empezar a socorrer al afectado, pide a alguien que avise a los servicios de emergencia pero ¡atención! procura que la orden sea concreta y dirigida a alguien también concreto. No es efectivo decir simplemente ¡busquen ayuda! sino que obtendremos mejor resultado si señalando a una o dos personas les indicamos: ¡usted o ustedes, por favor, pidan ayuda!


Para los accidentes o urgencias médicas que suceden en el domicilio, conviene tener a mano los teléfonos de emergencias: policía, bomberos, servicios sanitarios, etc... Actualmente lo más fácil es acceder a través del 112, quienes se encargarán en poner en marcha la cadena de auxilio. Es muy importante, tratar de dar cuantos más datos mejor y lo más exactamente posible a las personas que recogen este tipo de avisos. El alertante puede ser de muchísima utilidad si facilita datos exactos y fiables de lo que ha acontecido. Es muy importante determinar cuántas personas precisan ayuda en caso de accidentes para que los efectivos sanitarios conozcan lo más exactamente posible qué van a encontrase en el lugar del siniestro o de la urgencia médica.


3º Socorrer: Evaluar y Actuar.

Una vez que nos hemos protegido a nosotros mismos y a la persona que necesita de nuestro auxilio y tras haber pedido ayuda a los servicios de emergencia, es el momento de socorrer de forma ordenada, rápida y tranquila en dos fases.

- Evaluar: Lo más importante que debemos evaluar en una persona que sufre alguna urgencia médica o un accidente es la función respiratoria y cardíaca. Ante una persona que está consciente, es decir, que responde a nuestras preguntas o que reacciona de alguna manera a nuestras palabras, aunque aparente gravedad, tendremos la certeza de que su corazón está funcionando y que además está respirando. El problema surge cuando la persona está inconsciente, es decir, cuando no responde a nuestros estímulos. En estos casos trata de hacer que responda. No dudes en gritar órdenes sencillas como ¿me oye?, ¿oiga?, ¡abra los ojos!...para intentar que reaccione. Si aun así no lo consigues, lo más probable es que esté inconsciente y tendrás entonces que determinar si respira y si su corazón está funcionando.

¿Cómo evaluamos la respiración? fíjate si hay movimientos en su pecho, si asciende o desciende por los movimientos respiratorios; pon tu mano bajo la nariz o delante de su boca para comprobar si sale aire.

¿Cómo evaluamos la función del corazón? busca pulso sanguíneo tocando la parte lateral de su cuello, por esta zona pasan las arterias carótidas y si su corazón no está parado, notarás aquí su latido.

- Actuar: La forma de actuar y lo que haya que hacer dependerá del tipo de lesiones sufridas en cada caso o de la urgencia médica que haya acontecido. Pero esto lo iremos viendo en próximos artículos. Veremos qué hacer mientras esperamos a los servicios de emergencia y cuáles deben ser las primeras medidas. ¿Te apetece?



No hay comentarios:

Publicar un comentario