martes, 24 de diciembre de 2013

Hablemos de la dispepsia

Como muchos sabréis, la dispepsia es uno de los problemas digestivos más frecuentes que afecta a la población adulta. Aunque no se trata de una enfermedad grave, sí es una situación muy molesta que puede incomodarnos en nuestra vida diaria y afectar a nuestra calidad de vida. Es bueno que recordemos que se trata de un cuadro benigno pero crónico, es decir, se alternarán fases sin síntomas y otras en las que éstos reaparecerán. Esta semana, con frecuencia de grandes comilonas, queremos adentrarnos un poco más en esta enfermedad; intentar descubrir sus causas y ofreceros algunas recomendaciones que pueden ayudaros a prevenir tan molestos síntomas.
¿Te animas a continuar?



¿Qué es la dispepsia?

La dispepsia es una sensación de malestar en la parte superior del abdomen y que a veces se acompaña de nauseas, vómitos, hinchazón abdominal, acidez, digestión pesada, eructos y regurgitaciones. Podemos notar hinchazón de barriga y dolor en la "boca del estómago" e, incluso, en el pecho, simulando un problema cardíaco. Por lo general, los síntomas son pasajeros y remiten sin tratamiento.

La dispepsia funcional no suele tener complicaciones a largo plazo pero cuando las molestias no desaparecen o cambian sus características de forma significativa, se recomienda consultar a tu médico de familia para que te vuelva a valorar.


¿Por qué se produce?

 Lo más frecuente es que no lleguemos a encontrar una causa evidente de dispepsia que explique los síntomas, es lo que se denomina en medicina, dispepsia funcional. Puede estar en relación con trasgresiones alimentarias o comidas abundantes, alimentos muy condimentados, consumo excesivo de café y otros excitantes, tabaco o toma de algunas medicaciones como aspirina o antiinflamatorios. Otras veces, se relaciona con situaciones de estrés, ansiedad o depresión. En ningún caso encontramos una causa orgánica que la produzca, es decir, para diagnosticar una dispepsia funcional, necesitamos que las pruebas complementarias como la endoscopia sean normales.

En otras ocasiones, las menos frecuentes, la dispepsia se relaciona con la presencia de una úlcera gástrica o duodenal o bien con la existencia de reflujo gástrico. En este caso no sería una dispepsia funcional porque habría una causa objetivable, por ejemplo, con una endoscopia Hablamos simplemente de dispepsia secundaria a úlcera o a reflujo.



 Recomendaciones para evitar síntomas de dispepsia

En general, una dieta variada y con unos hábitos sanos suelen ser suficientes.Para disminuir la frecuencia y la intensidad de las molestias se recomienda evitar aquellos alimentos que en la persona concreta produzcan molestias digestivas. Tú mismo debes ir descubriendo qué alimentos toleras peor y suspenderlos o al menos disminuirlos de tu dieta. Veamos algunos consejos:

1 - Regulariza el horario de comidas. Acostumbra a tu aparato digestivo a funcionar de forma regular ajustándote, en la medida de lo posible, a un horario fijo. Evita comidas muy copiosas.

2 - Mastica completa y pausadamente los alimentos.  

3 - Bebe poco líquido con la comida. Intenta beber agua antes o después de comer pero no bebas de forma abundante en medio de la ingesta. Es preferible beber en vaso, no directamente de una lata, de una botella y mucho menos de un porrón; esto es por la cantidad de aire que ingerimos con esta práctica. 



4 - Evita los alimentos que contengan o produzcan gases: repostería industrial, bebidas carbónicas... Al final te dejamos una lista de los alimentos que más gas contienen o producen.

5 - Evita el consumo excesivo de café y el tabaco.

6 - No te acuestes nada más comer o cenar. Lo aconsejable es esperar en torno a una hora y media o dos horas desde que acabamos de comer o cenar hasta que nos vamos a dormir.

7 - Mantén una correcta higiene bucal.

8 - Evita chicles, caramelos y el uso de palillos porque introduces aire en tu aparato digestivo.

9 - No abuses de los antiinflamatorios, deja que tu médico de familia te indique a qué dosis y durante cuánto tiempo debes tomarlos.

10 - Si con estas medidas no son suficientes, podemos de forma puntual recurrir a medicación. Se suelen recomendar los fármacos antiácidos y los llamados procinéticos, que aceleran la digestión.

Alimentos más desaconsejables en la dispepsia 

En general, debemos evitar los alimentos más flatulentos, es decir, los que más gas producen.

Leche y derivados.
Vegetales: cebolla, judías verdes, zanahoria, repollo, coliflor y coles de bruselas.
Frutas: plátano, albaricoque, melocotón, pera y ciruela.
Legumbres en general: alubias y garbanzos.
Otros: miel, pan, galletas, pasteles.


Como evidentemente no podemos prescindir de todos estos alimentos, lo que se recomienda es moderar su consumo y descubrir cuáles de éstos te produce mayores molestias digestivas. Recuerda que, como siempre, la moderación y unos hábitos tan saludables como nos indique nuestro sentido común es en lo que debemos fundamentar nuestro estilo de vida.

Desde el "desván de la salud" os deseamos unas felices fiestas y un "sano" año nuevo

¡Hasta la próxima semana! 

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