martes, 6 de mayo de 2014

Controlando mentalmente la respuesta inmune

El entrenamiento conductual reduce la inflamación.

Nature.com
05-05-2014

Un reciente estudio en Nature pone de manifiesto los vínculos entre el sistema nervioso y el autoinmune. Ha participado en el estudio Wim Hof, un holandés capaz de bañarse en aguas heladas árticas que ha manifestado su habilidad para autorregular su respuesta inmune de la misma forma que autogestiona el frío. Investigadores de los Países Bajos han comprobado cuánto de cierto hay en esta supuesta capacidad.




Wim Hof es un auténtico "Hombre de Hielo", un "superhéroe" capaz de aguantar temperaturas extremadamente bajas con ayuda de ejercicios de meditación y autocontrol. Para él, el agua a menos de 17ºC no es fría: “Yo la llamo refrescante. Cuando caminé media maratón en el círculo polar ártico con pies descalzos a -30 grados sí que sentí frío”. Wim comenzó su peculiar relación con el frío dándose un chapuzón en el lago de un parque: no sólo lo soportaba sin esfuerzo sino que le producía un enorme gusto el frescor de las aguas. Desde entonces, ha batido numerosos récords con su particular habilidad: una de sus últimas aventuras, subir al Kilimanjaro en pantalones cortos. También se ha pegado largos baños en aguas árticas, donde ha batido el récord de permanencia bajo aguas heladas. Aquí tenéis un vídeo con sus peripecias:





Este holandés tan peculiar ha comentado recientemente que además de soportar temperaturas bajas con autocontrol puede gestionar en parte su sistema autoinmune. Es decir, con ejercicios adecuados puede regular su respuesta inmune frente a patógenos. Esto no ha pasado de largo a los científicos interesados en estudiar la relación entre el sistema nervioso y el sistema inmune. Por ello, investigadores como Matthijs Kox, quien investiga la respuesta inmune en la Universidad de Radboud Nijmegen Medical Center en los Países Bajos, decidió darle una oportunidad. Él y su asesor, el médico y coautor del estudio Peter Pickkers, invitaron a Hof a su laboratorio para investigar cómo iba a reaccionar a su prueba de inflamación estándar. Ahora, los primeros datos sobre su estudio salen a la luz en la publicación "Nature". 

El experimento ha consistido en suministrar una toxina de la bacteria Escherichia coli a Wim Hof y comparar lo que ocurre en su cuerpo con lo que ocurre en otros voluntarios. La toxina en concreto es responsable de síntomas clásicos de la gripe, como la fiebre, los escalofríos, el dolor de cabeza o la respuesta inflamatoria. Lo que observaron es que Hof mostró menos síntomas que el resto de personas que no se habían preparado con ejercicios de autocontrol.

La segunda parte del experimento consistió en escoger a 24 voluntarios y someter a doce de ellos a una preparación mental con Wim Hof como tutor en Polonia. Los otros doce no tendrían este entrenamiento previo. Durante el entrenamiento, los doce participantes nadaron en agua helada, hicieron ejercicios de respiración y meditación, o se rebozaron de nieve con el torso desnudo. 


Wim Hof, "El Hombre de Hielo"


Los 24 voluntarios se sometieron a una prueba de inflamación con la inyección de la toxina en los Países Bajos. La respuesta a la toxina fue más suave o menos severa en los participantes que se habían formado con Hof. Por ejemplo: el nivel de proteínas inflamatorias en la sangre era menor. También produjeron niveles más altos de una proteína que extingue la inflamación, la interleucina-10. Por contra, los que no se formaron con Hof tuvieron una respuesta a la toxina más severa y parecida a la de una gripe.

Se revelaba el inmenso poder de la mente o, dicho en términos más científicos, salían a la luz mecanismos de relación entre el sistema nervioso y el autoinmune. Todos hemos percibido en algún momento que los efectos de las enfermedades se reagudizan cuando nuestro estado de ánimo es peor.

Kox sospecha que las técnicas de respiración son el mayor contribuyente a la supresión de las respuestas inflamatorias. Treinta minutos después de comenzar los ejercicios de respiración, antes de que la toxina se había inyectado, los participantes formados comenzaron a producir más adrenalina, una hormona implicada en la respuesta al estrés inmunológico.

Parece que las personas pueden aprender a modular sus respuestas inmunes. Este hallazgo ha aumentado las esperanzas de los pacientes que tienen trastornos inflamatorios crónicos como la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal, aunque los científicos aún no saben cómo puede funcionar esto en enfermedades crónicas, más allá de la reacción a un patógeno inyectado a corto plazo.

Guiseppe Matarese, inmunólogo de la Universidad de Salerno, en Italia, comenta: "Este estudio es una buena manera de mostrar ese vínculo. Neurobiólogos ortodoxos han sido escépticos. Ellos piensan que el estudio de las interacciones entre los sistemas nervioso e inmunológico permanece en las sombras".


La meditación al servicio de la autogestión inmune
Radius images/Getty


Kox y Pickkers ahora esperan poder aislar los efectos de los ejercicios de respiración y llevar a cabo el experimento con más voluntarios. 

"El nuevo estudio debería ayudar a explicar el vínculo entre el sistema nervioso y la respuesta inmune", dice Kevin Tracey, médico y presidente del Instituto Feinstein para la Investigación Médica en Manhassett, Nueva York. "No se puede entender la inmunidad sin comprender su regulación neural. Y han encontrado uno de esos circuitos de regulación que puede ser modulada."

Esperemos que estos hallazgos desemboquen en nuevas soluciones terapéuticas.

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