El Origen de la Tarjeta de crédito
se remonta a comienzos del siglo XX, concretamente en Estados Unidos.
Como características generales de las tarjetas
de crédito podemos decir que el usuario tiene un límite con respecto a la cantidad que puede gastar de acuerdo a
la política de riesgos y a las características personales y de solvencia
económica. En función de la forma de pago acordada con el banco se puede
liquidar el crédito acumulado durante el mes, al final del mismo (normalmente
esta forma de pago no genera intereses), pagar un importe fijo cada mes o aplazar el pago.
Estas dos últimas si conllevan el pago de unos intereses.
Para muchos usuarios su uso puede significar un sinfín de ventajas: mayor seguridad
en el pago, no llevar dinero en efectivo, o poder utilizarla
fuera del país, ya que es admitida en casi todos los lugares. No obstante ha
llegado a convertirse en la mayor de todas sus deudas (muchas veces por su uso indebido y por la falta
de información).
Los grandes problemas con los que
nos enfrentamos cuando usamos las tarjetas de crédito en general son:
-
Uso de “dinero virtual”, es decir, en ningún
momento vemos dinero en efectivo y por ende no
apreciamos verdaderamente el valor de la compra que estamos realizando.
-
Posibilidad de
obtener por parte de la entidad emisora
un crédito superior a los ingresos
que obtiene el usuario, haciendo que el pago de las cuotas se convierta en
una pesadilla.
-
Facilidad de
las entidades emisoras de aumentar el
crédito disponible a los usuarios, que
se “aprovechan de esa gran ventaja”, dificultando aún más si cabe la
devolución final de la deuda más los intereses.
Antes de contratar una tarjeta de crédito, debemos de ser conscientes de:
-
Cuánto dinero seremos capaces de
satisfacer al llegar el vencimiento de las cuotas, y el crédito que realmente
necesitamos. El hecho de
no disponer de más dinero del que necesitamos nos ayuda a no gastarnos más de
lo que tenemos.
Ventajas del uso de las tarjetas:
- Acceder a un saldo superior al que podemos disponer en ese momento en la cuenta corriente para hacer frente a algún gasto imprevisto.
- Posibilidad de crédito inmediato para poder adquirir cualquier bien o servicio en nuestro país o fuera sin tener que presentar ningún tipo de documentación al establecimiento.
- Evitamos llevar dinero en efectivo, salvando los posibles riesgos ante un hurto o robo.
- El prestigio personal en ciertos tipos de sociedades, se considera que la persona que posee una tarjeta tiene un cierto poder adquisitivo para poder hacer frente a los cargos contraídos con el uso.
- Control presupuestario. En sólo un extracto podemos detectar fácilmente los cargos indebidos, usos fraudulentos o los propios excesos.
- Muy útiles ante los imprevistos cuando nos damos cuenta que no llevamos dinero en efectivo y no tenemos cerca ningún cajero: una emergencia, salidas improvisadas o compras no pensadas, o regalos imprevistos.
- Si saldamos la deuda con la entidad emisora de la tarjeta en el plazo establecido, no tendremos que pagar mayores intereses, por lo que habremos conseguido una financiación como un crédito personal a un interés bastante inferior.
- Con casi todas las tarjetas de crédito nos ofrecen un seguro con unas coberturas de las que normalmente no estamos informados y las cuales no utilizamos. Estas coberturas dependerás de la entidad, del contrato firmado.
Desventajas o riesgos del uso de la tarjeta:
- El mayor problema que nos encontramos a la hora del uso de las tarjetas de crédito es el desconocimiento del dinero que llevamos gastado. Si llevamos dinero en efectivo, sabemos cuánto llevamos y cuanto se gasta, pero con las tarjetas no somos conscientes del dinero total que hemos gastado.
- La disposición de ese crédito es como conseguir una financiación por parte de la entidad bancaria, tenemos que ser conscientes de que luego tendremos que devolver ese préstamo y de que por el dinero efectivamente dispuesto tendremos que pagar unos intereses, que pueden llegar a encarecer bastante el precio final de los productos comprados.
- El endeudamiento al que podemos vernos sometidos si no somos capaces de asumir los pagos en los plazos pactados con la entidad de crédito, hará que la entidad nos pueda exigir unos intereses adicionales por demora en el pago.
- Los cargos adicionales suelen ser muy costosos: por atraso en los pagos, intereses de demora, excesos en el límite de crédito, por renovación de la tarjeta…
- Otro de los riesgos que tiene la tarjeta de crédito (al igual que la de débito), es el riesgo de pérdida, robo o uso fraudulento por terceros.
- No debemos dejarnos atraer por los “regalos” o “puntos” que nos ofrecen por el uso de las tarjetas, pues después tendremos que hacer frente a gastos superiores al regalo ofrecido.
Otro de los riesgos asociados, aunque no directamente son los provocados
por los impagos de las cuotas: cancelaciones, endeudamiento, recargos y hasta
embargo de bienes.
Consejos de utilización de las tarjetas:
1. Compara los tipos de interés
de las distintas entidades y transfiera su tarjeta a aquella entidad cuyos
costes sean inferiores.
2. Establece un límite
acorde con lo que podemos devolver, es decir que los gastos no puedan ser superiores
a los ingresos que obtenemos. Debemos gastar el dinero del que disponemos,
no del que en un futuro podremos disponer.
3. Lo recomendable es contar con una única tarjeta y como hemos dicho anteriormente en una entidad
cuyo coste sea el menor posible.
4. Las compras de pequeño
valor monetario intentaremos pagarlas en
efectivo para no acumular deudas futuras a las cuales no sabemos si
podremos hacer frente.
5. Si lo que necesitamos es una tarjeta de crédito para operar en internet,
solicitaremos al banco que el crédito
sea de 1 € o ninguno, para que los cargos que realicemos se carguen
directamente en nuestra cuenta y de esta forma no tener que pagar los a veces
abusivos intereses de las cuentas de crédito.
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