Las zapatillas y los niños

Mi abuela era muy aficionada a las labores del hogar y a las manualidades decorativas. Le gustaba sobre todo pasar las tardes de invierno haciendo punto junto a su brasero, allá por los años 70. Entre sus “especialidades” estaba la de tejer para todos sus nietos unos calcetines de lana muy calentitos para dormir, que iba renovando a medida que se nos iban quedando pequeños mientras crecíamos.  A veces, utilizaba lanas tan bonitas y de tan vivos colores que daba pena que sus peculiares calcetines sólo sirvieran para ir a la cama. Mi madre, ingeniosa donde las haya y acostumbrada a sacar partido de todo lo que pasaba por sus manos, ideó un pequeño truco doméstico. Compraba coderas de tela que combinaran bien con los calcetines de lana y cuidadosamente los cosía o pegaba en la planta para hacer una suela. De esta forma, nuestros caseros calcetines también servían para andar por casa y estar más cómodos y calentitos. Acabó  así con la costumbre de mis hermanos y mía de lanzar por el aire las zapatillas tradicionales para acabar andando descalzos por la casa.

Los que tenéis niños pequeños, sabéis lo que cuesta que mantengan puestas sus zapatillas de andar por casa; la mayoría de las veces acaban andando descalzos porque no les resultan cómodas de llevar y además “ son tan fáciles de quitar...”

Actualmente, ya no disponemos de tiempo para estas labores tradicionales y, además, tejer calcetines de lana ya no está entre nuestras prioridades o intereses, pero sí podéis adaptar y sacar partido de este truco:

- Elegid unos calcetines bonitos para vuestro pequeño que se ajusten bien a su talla.; destínalos  exclusivamente para andar por casa.

- Compra  unas coderas de dibujos y cóselas o pégalas a la planta. Tienes que emplear coderas de tela, que no estén plastificadas para evitar resbalones si pisan sobre suelo mojado.

- Como van puestas tipo calcetín son más difíciles de quitar y van más sujetas al pie.

- Son muy fáciles de limpiar y con un trapito húmedo suele ser suficiente. Si necesitas meterlas en la lavadora también puedes sin ningún problema.

Si procuras que tu hijo participe en la elección de los calcetines para que también cuenten sus preferencias, podrás “pactar” con él las “condiciones” de su uso.

Punto final: para los adultos que no han perdido su lado más infantil y divertido, también puede ser útil si en lugar de usar unas coderas emplean unas plantillas adaptadas a su talla de pie. A elegir…

¿Lo pruebas?