Truco sencillo para diferenciar llaves

Hola de nuevo. Hoy os volvemos a traer un  truco muy sencillo. Cuantas veces os ha pasado llevar un montón de llaves, muchas iguales y tener que estar probando una por una para ver cual es la afortunada que nos abre, todo ello rodeados de frío, lluvia, viento... Pues el consejo de hoy nos ayudará a evitar estas situaciones.

Se trata de pintar nuestras llaves con lacas de uñas. Otra pequeña forma de ahorrar en nuestro bolsillo (pues como muchos de vosotros ya sabéis las llaves de colores a veces son un poco caras). Además sería una forma muy divertida de tener entretenido a los niños de la casa (y a los no tan niños) y pasar un rato divertido.

Cómo abrir almejas con maicena

Hoy os queremos ofrecer un truco muy, muy sencillo pero a la vez muy útil. ¿Cuántas veces os habéis tenido que "pelear" con esas almejas o chirlas para que se abriesen todas y sin tierra? Nuestro truco casero os permitirá abrirlas todas y poder comerlas sin nada de tierra. Éste es un nuevo truco que hemos aprendido de nuestra ingeniosa madre, va por ella.

Las zapatillas y los niños

Mi abuela era muy aficionada a las labores del hogar y a las manualidades decorativas. Le gustaba sobre todo pasar las tardes de invierno haciendo punto junto a su brasero, allá por los años 70. Entre sus “especialidades” estaba la de tejer para todos sus nietos unos calcetines de lana muy calentitos para dormir, que iba renovando a medida que se nos iban quedando pequeños mientras crecíamos.  A veces, utilizaba lanas tan bonitas y de tan vivos colores que daba pena que sus peculiares calcetines sólo sirvieran para ir a la cama. Mi madre, ingeniosa donde las haya y acostumbrada a sacar partido de todo lo que pasaba por sus manos, ideó un pequeño truco doméstico. Compraba coderas de tela que combinaran bien con los calcetines de lana y cuidadosamente los cosía o pegaba en la planta para hacer una suela. De esta forma, nuestros caseros calcetines también servían para andar por casa y estar más cómodos y calentitos. Acabó  así con la costumbre de mis hermanos y mía de lanzar por el aire las zapatillas tradicionales para acabar andando descalzos por la casa.