lunes, 1 de abril de 2013

Cambio de hora: ¿ahorro o fuente de trastornos?

Cambio de hora... ¿Para ahorrar energía? 

Las consecuencias sobre el ritmo vital de las personas, cuestionado.
A partir de ese día habrá una hora menos de luz por la mañana.
1.500 millones de personas de 80 países mueven las agujas del reloj. 

RTVE.es 30-03-2013

Hoy traemos a "La ventana" un asunto controvertido: el cambio de hora. Hay tendencias opuestas entre los que quieren mantener el cambio horario de verano bajo la premisa del ahorro energético, y los que consideran la medida un atentado contra los ritmos circadianos de los seres humanos. Comentamos los pros y los contras de la medida para que cada uno saque sus propias conclusiones. 

Pongámonos en antecedentes: sabemos que los 24 husos horarios se distribuyen al este y al oeste del meridiano inglés de Greenwich, el que atraviesa también España por comunidades como Aragón. No obstante, España no tiene el horario que le corresponde, el de Londres o Portugal, sino una hora más. Esto se debe a que en 1940 el régimen de Franco decidió añadir una hora para tener el mismo horario que la Italia fascista o la Alemania nazi. Además, en los años 80 el gobierno institucionalizó la costumbre de aumentar el desfase horario al sumar una hora extra durante los seis meses de primavera y verano. Si en otoño e invierno tenemos una hora más respecto al Reino Unido (+1 GMT), en primavera y verano tenemos dos horas más respecto a la hora solar marcada por el meridiano de Greenwich (+2 GMT). En el Reino Unido tienen 1 hora más respecto al meridiano durante el horario de verano, ya que también llevan a cabo la medida. El resultado es obvio: en España amanece más tarde que en el resto del Europa: se entra más tarde a trabajar (los que trabajan) y se alarga la jornada laboral hasta bien avanzada la tarde, en muchos casos. Esto conlleva mermas en la productividad.

El mapa anterior ilustra los cambios de hora por países: en azul, donde 
se adopta el horario de verano.En rojo, donde nunca se empleó. En naranja, donde 
se ha empleado pero ha dejado de utilizarse. Rusia dejó de adoptar la medida
preocupado por los trastornos en la salud de sus ciudadanos: 
detectaron un aumento de depresiones y asesinatos tras mover 
las manecillas de los relojes. 

El cambio de hora se generalizó en 1974, cuando la crisis de petróleo llevó a algunos países a adelantar los relojes para aprovechar más la luz del sol y consumir menos electricidad en iluminación. Actualmente, la norma comunitaria defiende la medida con las siguientes palabras: "presenta impactos positivos no solo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio". 

Pero, ¿realmente se produce ahorro energético? Veamos qué dicen los ecologistas al respecto. Según Rafael Montes, portavoz de la Comisión de Energía de Ecologistas en Acción, aunque es "razonable aprovechar cada hora de luz solar", adelantar el reloj "no implica necesariamente gastar menos energía". En 2010 Ecologistas en Acción realizó un estudio en que analizaba el consumo medio diario de energía en los diez días previos y posteriores a los cambios de hora durante tres años. El análisis, que no consideraba las condiciones climáticas, puso de manifiesto que en cuatro de los seis periodos estudiados aumentó el consumo de energía con el cambio de hora entre un 2,2 y un 2,95 %, mientras que sólo se redujo en dos, un 0,03 % en una y un 2,1 % en otra. 

¿Y qué opina el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad pública del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio? Considera que el potencial de ahorro en iluminación en España, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros. 

¿Y qué dicen en el resto del Mundo? El Departamento de Transporte de los Estados Unidos concluyó en 1975 que el horario de verano puede reducir el uso de la electricidad en un 1% durante marzo y abril, pero el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología revisó el estudio del Departamento de Transporte en 1976 y no halló indicios que apuntaran a un ahorro de energía significativo

España no sigue el horario que le corresponde por meridiano, el del Reino Unido 


Parecen ideas contrarias. Curiosamente, las mayores dudas las plantean los grupos ecologistas, que consideran que existen otras formas más eficientes de ahorrar energía sin alterar artificialmente los ritmos biológicos. Según un estudio de Ecooo, las subvenciones a las energías renovables han supuesto un ahorro real de 8.000 millones anuales en Europa entre 1998 y 2008. Es un dato interesante. 

Conozcamos una última opinión, la de la empresa Osram. Según Francisco Carlavilla, retail manager de la empresa de fabricación de iluminación, el cambio horario “representa aproximadamente un 9,8% de ahorro en la luz de los hogares españoles. Si estimamos que el consumo medio de una familia es de 3.200 kWh., el ahorro sería de más de 6 euros por año y más de 60 millones en el conjunto de las familias”.

Esto respecto al ahorro energético, pero ¿qué ocurre con los trastornos asociados al cambio horario? ¿Y ese extraño jet lag que se apodera de nosotros y nos deja cantando la Macarena en la cama durante horas hasta que nos podemos dormir la noche del +1 hora? 

José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), recuerda que "este cambio de hora "quebranta" de forma "brusca" la adaptación progresiva del cerebro al cambio de luz solar. Esto puede hacer que el cerebro se estrese, provocando alteraciones en el sueño, un cansancio físico mayor de lo habitual, irritabilidad, cierta tristeza o leves cuadros de ansiedad". 


El cambio horario genera trastornos en el sueño

Los ritmos circadianos de luz y de vigilia/sueño son controlados por dos sustancias, la melatonina y el cortisol. La melatonina nos ayuda a adaptarnos a los ritmos de luz, el cortisol marca nuestros ritmos internos, permitiéndonos distinguir entre vigilia y sueño, actividad y descanso. López Rodríguez ha explicado que se pueden establecer dos grupos de personas según el ritmo de cortisol: las alondras y los búhos. Mientras que las alondras tienen los niveles muy altos por las mañanas y por tanto son muy activos, los búhos tienen estos niveles más altos por las tardes. Parece ser que las personas de "perfil búho" puedan padecer más los efectos del próximo cambio de hora que aquellos con un "perfil alondra". Los que estáis más activos por las tardes y las noches lo lleváis fatal con el cambio de hora de primavera, como probablemente ya hayáis notado. Os recomendamos un artículo sobre el sueño que ya publicamos en el blog, por si queréis saber más: Consejos para dormir mejor

Dicho todo esto: ¿qué opináis al respecto? ¿Cambio de hora sí o cambio de hora no? Quizá lo más sencillo hubiera sido adoptar de nuevo el horario de Londres y de la Europa Occidental en que vivimos, prescindiendo de cambiar la hora esta vez. Es decir, tener +1 GMT en verano (ya ahorramos con ello, por lo tanto) y +0 GMT en invierno. Que anochezca a las 21:30 horas en verano quizá sea algo exagerado. El ahorro no parece tan importante como para justificar ciertos problemas de salud y de seguridad asociados al cambio horario. Un gobierno europeo que se preocupa por cuestiones de salud tan importantes como el tabaco o el alcohol no puede pasar por alto los trastornos (tangibles, no quiméricos) de una medida que parece propia de otro siglo. Todo es discutible, pero quizá este tema se esté discutiendo menos de lo aconsejable. ¿Qué os parece? 

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