viernes, 24 de mayo de 2013

Las cantigas de Santa María

Este fin de semana os "traemos" la Edad Media a casa. En "El color de la vida" os proponemos un viaje al pasado, al reinado de Alfonso X "El Sabio". Hablamos de las "Cantigas de Santa María", obra célebre de la miniatura castellana del siglo XIII, y os enlazamos una pieza musical del cancionero.

Alfonso X de Castilla

El contexto histórico

El siglo XIII, en plena Edad Media, fue un tiempo de prosperidad y poder de las monarquías nacionales en muchos reinos de Europa. Fue tiempo de catedrales, muestra que aún perdura del poder aunado del obispado y la realeza. Las guerras civiles no eran frecuentes y predominaba la estabilidad. La hambruna también ha remitido y todo ello se traduce en un aumento de población. En Francia reina la dinastía de los Capeto, con San Luis, entre otros. En Inglaterra, es tiempo de los Plantagenet, con Juan Sin Tierra, Enrique III o Eduardo I, azote de los escoceses y bien conocido por la mítica película "Braveheart".

En el Reino de Castilla reina Alfonso X, hijo de Fernando III "El Santo", desde 1252. En su mente estaba la idea de formar un Estado fuerte, aunque la nobleza se opuso al proyecto. De hecho, existía una intensa pugna entre la "nobleza vieja" por alzarse con el poder. El conflicto con los benimerines por el Estrecho de Gibraltar dificultó aún más la situación y el reinado de Alfonso X estuvo marcado hasta el final por la inestabilidad.

El monarca castellano había participado activamente en la Catedral de León, pues deseaba que fuera tan ostentosa como la de Burgos, tras la unión en tiempos de Fernando III de los reinos de Castilla y de León, allá en 1230. El "sueño" de Alfonso X de crear un Estado pudo hacerse realidad si sus pretensiones al trono del Sacro Imperio se hubieran hecho realidad. Con la muerte de Federico II se inició un período de "tira y afloja" entre príncipes y Papado por el cetro de Emperador del Sacro Imperio, en Centroeuropa. El castellano se encontraba entre los tres candidatos propuestos al Papa, al ser hijo de Beatriz de Suabia. Para su desgracia, Gregorio X no le permitió hacerse con el trono al tener relación con los gibelinos (el Papado era partidario de los güelfos). De hecho, el hermano de Alfonso había combatido a favor de Conradino y de Conrado IV, gibelinos despreciados por el Papa. En realidad la familia Hohenstaufen, a la cual pertenecían todos ellos, habían comprometido desde Federico II el poder del Papado, en esa pugna constante entre los reyes y los Papas.

Todos estos acontecimientos se vieron acompañados de una "intensa publicidad" del monarca castellano en pro de obtener el trono imperial: al fin y al cabo, esto le acercaría al "Dominium mundi" y Castilla podría integrarse en él como el Estado férreo que deseaba. Prueba de todo ello puede verse en las vidrieras de la catedral de León, donde aparece el monarca en compañía de personajes tan ilustres como Carlomagno.



Alfonso X no contó con el apoyo del Papa para el trono imperial. En la izquierda de la vidriera.


Las cantigas


En cierta forma, Alfonso X fue un "visionario" en su proyecto de Estado y un activo promotor de la cultura en su corte. En su devoción a la Virgen María fue artífice de las denominadas "Cantigas de Santa María". Se trata de un cancionero religioso compuesto por 426 piezas, todas ellas dedicadas a la Virgen. Normalmente, versan sobre los milagros que había realizado la "Santa Dama". Alfonso arengaba a juglares y poetas para que las compusieran y tocaran en su corte, e incluso algunos autores piensan que pudo ser él mismo quien compusiera muchas de ellas. Como argumento a favor de esto, tenemos este fragmento del prólogo que pudo escribir el monarca castellano:


Quero seer oy mais seu trobador,
e rogolle que me queira por seu
trobador e que queira meu trobar
reçeber, ca per el quer eu mostrar
dos miragres que ela fez


W. Mettmann, autor de una edición crítica de los textos de las Cantigas, considera que al poeta y trovador gallego Airas Nunes se le pueden atribuir muchas de ellas. 

Estos inspiradores cantos (abajo tenéis el enlace a uno de ellos) se hallan recopilados en cuatro manuscritos. En ellos, aparecen de 6 a 12 escenas con los milagros de la Virgen, en una obra incomparable dentro del marco de la miniatura. Posee influencias de la miniatura francesa, del sur de Italia e incluso elementos islámicos. La miniatura fue una de las principales formas del arte del color en la Baja Edad Media, estando en España ligada su producción a los monasterios. Los códices se guardan actualmente en la Biblioteca Nacional de Madrid, la Biblioteca de El Escorial y la Biblioteca de Florencia. El de Florencia está incompleto: faltan estrofas, escenas por dibujar y hay líneas de notación musical en blanco.


Miniatura de las Cantigas

Fácil es seguir el rastro del reinado de Alfonso X y esto os proponemos para el fin de semana: desde la colosal catedral de León, el monumental complejo de El Escorial, o las colecciones manuscritas de la Biblioteca Nacional de Madrid, pasando por la huella del monarca en su ciudad natal, Toledo. Os animamos a poner vuestros comentarios, fotos o experiencias del fin de semana en la entrada del blog y en las redes sociales. Su obra sigue viva y aún hoy podemos evocar su sueño imperial con la bella composición que abajo os enlazamos (podéis descargarla) y transcribimos al castellano. Recordamos que originalmente se hallan en galaico-portugués, así las hizo el rey castellano:




Santa María, estrella del día, muéstranos la vía para Dios, y guíanos.

Porque haces ver a los errados, que se perdieron por sus pecados, y les haces entender que son culpables; pero que Tú los perdonas de la osadía que les hacía hacer locuras que no debieran.

Debes mostrarnos el camino, para ganar por todos modos la luz sin par y verdadera que sólo Tú puedes darnos; porque, a Ti, Dios te lo concedería y quería darnósla por Ti, y nos la daría.

Tu juicio puede guiarnos, más que en nada, al Paraíso donde Dios tiene siempre gozo y sonrisa para quien quiso creer en El; y me placería, si a Ti te place, que fuese mi alma en tu compañía.

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