Virus del papiloma humano, ¿de qué hablamos?

Los virus del papiloma humano son un grupo de virus que se transmiten fundamentalmente por contacto sexual y su importancia radica en que pueden ser causa de la aparición de cáncer en el cuello del útero, entre otros. Existen más de 120 tipos de estos virus, siendo los llamados tipo 16 y 18 los más agresivos.

virus del papiloma humano

Sabemos que en el mundo, en torno a un 10-15% de las mujeres de edades comprendidas entre los 30 y 35 años están infectadas aunque existen muchas diferencias entre países. En España se calcula que el porcentaje de estas mujeres oscila en torno a un 3%, un porcentaje que nos parece lo suficiente importante como para intentar hoy contaros algunas cosas sobre estos virus.

¿Qué síntomas produce?

- La infección por los papilomas virus suele pasar desapercibida porque no produce síntomas. En la mayoría de las personas, los virus desaparecen espontáneamente a los dos años de producirse la infección.

- En algunos casos, los virus no son eliminados y quedan en las capas profundas de la piel y mucosas de las zonas genitales de tal forma que si son de los tipos que ya hemos mencionado anteriormente (tipos 16 y 18), pueden producir lesiones precancerosas al cabo de los años, a veces incluso 30 años después. Estas lesiones precancerosas, con el tiempo, si no se eliminan quirúrgicamente, pueden evolucionar a cáncer.

- Otros tipos de estos virus que también quedan acantonados en las regiones genitales pueden producir con los años otro tipo de lesiones no cancerosas como, por ejemplo, verrugas genitales y condilomas (verrugas más pequeñas).

¿Cómo se diagnostica?

- Actualmente, la exploración ginecológica y la realización de citologías periódicas en las mujeres sexualmente activas ha demostrado ser la estrategia más eficaz para detectar la infección por virus del papiloma humano y para el diagnóstico precoz y tratamiento de lesiones precancerosas. Con estas estrategias se ha conseguido disminuir la incidencia del cáncer del cuello de útero, con el que está relacionado como ya os hemos contado.

- Cada comunidad autónoma tiene su propio protocolo de prevención y realización de citologías. En general, se recomienda hacer una citología cada 3 - 5 años en todas las mujeres sexualmente activas. Según los resultados que se vayan obteniendo de estas citologías, los intervalos se pueden ir modificando.

- La reciente comercialización de vacunas frente a los tipos de papiloma virus más agresivos no elimina la necesidad de seguir haciendo citologías aunque probablemente hará que los intervalos de control sean más largos en las mujeres vacunadas.

¿Cuál es su tratamiento?

- No existe tratamiento para la infección. Se trata de detectar lo más precozmente aquellas lesiones precancerosas que deben tratarse mediante técnicas quirúrgicas de resección de zonas afectadas más o menos amplias.

- Cuando la consecuencia de la infección es otro tipo de lesiones como verrugas, condilomas, etc... también están disponibles otros tipos de tratamientos menos agresivos para su eliminación.

¿Cómo se puede evitar el contagio?

- Las prácticas sexuales seguras son el pilar fundamental para la prevención de todas las enfermedades de transmisión sexual. La medicina basada en la evidencia demuestra que el correcto uso del preservativo es el método preventivo más eficaz para evitar este tipo de enfermedades. 

- La vacuna ha demostrado ser eficaz para prevenir la infección y la edad idónea para la vacunación sistémica es entre los 9 y 14 años o preadolescencia, antes de iniciar las primeras relaciones sexuales. Una vez infectada una persona, la vacuna no tiene ninguna eficacia.

- Aunque hay aún algunos puntos controvertidos respecto a esta vacuna:  si vacunar también a los varones, sobre los intervalos de edad de vacunación, etc... parece que hay ya un gran consenso apoyado por las principales sociedades científicas españolas sobre iniciar la vacunación entre los 9 y 14 años aplicándose en tres dosis separadas por un intervalo de 2 meses entre la primera y segunda dosis y un intervalo de 4 meses entre la segunda y tercera dosis.

Para finalizar, queremos agradecer la información contenida al respecto en el portal de medicina de atención primaria: www.fisterra.com con cuya ayuda hemos elaborado este artículo.