martes, 7 de enero de 2014

Hablamos del ICTUS

El ictus es un problema sociosanitario de primera magnitud en los países desarrollados. En España se calcula que se producen unos 90.000 ictus al año. Con relativa frecuencia, oímos en nuestro entorno más cercano o en los medios de comunicación, casos de personas de todas las edades que han padecido un ictus o un "derrame cerebral". Hoy queremos abordar este tema para ofreceros un poco de información básica sobre qué es un ictus, qué consecuencias puede tener y qué podemos hacer para intentar prevenirlo. Como siempre nos gusta recordar, la prevención es uno de los pilares fundamentales para el mantenimiento de nuestra salud y nuestra calidad de vida.





¿Qué es un Ictus?

Se trata de una enfermedad neurológica producida cuando el flujo sanguíneo que va al cerebro se interrumpe. A veces es porque un vaso sanguíneo se obstruye con un trombo (ictus isquémico) y otras veces de produce cuando un vaso del cerebro se rompe y se produce una hemorragia (ictus hemorrágico).


Una variedad de ictus es el llamado AIT (Accidente Isquémico Transitorio) que se produce por las mismas causas que un ictus pero de forma temporal, es decir, los síntomas duran unos minutos pero al cabo de 24 horas, el paciente está ya recuperado y no presenta síntomas ni secuelas.

Ambas enfermedades son motivo de urgencia médica y requieren intervención inmediata.

¿Qué síntomas produce?

Los síntomas más frecuentes que pueden producirse en un Ictus son:

- Pérdida brusca de movimiento o de fuerza de un brazo, una pierna o de la cara. Normalmente afecta sólo a un lado.
- Dificultad repentina de la visión.
- Dolor de cabeza brusco de causa desconocida.
- Dificultad en el habla: balbuceo, dificultad en encontrar las palabras que queremos decir o no ser capaz de comprender lo que nos están diciendo.
- Problemas repentinos para caminar o pérdida del equilibrio o de la coordinación.  
- Sensación brusca de acorchamiento o de hormigueo en la cara, un brazo o una pierna, sobre todo si es de un solo lado.



Ante la aparición de estos síntomas, no te asustes porque puede deberse a otras patologías más banales pero aún así llama al 112 para que valoren la situación y activen los servicios de urgencia necesarios.

¿Cómo evolucionan los pacientes que han sufrido un ictus?

Depende de la zona del cerebro que se haya afectado, la extensión de dicha zona y la rapidez con que el flujo sanguíneo del cerebro se restablezca. En general, pueden pasar tres cosas:

- Una recuperación casi inmediata en minutos u horas sin dejar secuelas. Es el caso de los antes mencionados AIT.

- Una recuperación en mayor o menor medida. La recuperación puede llevar semanas o meses y suele dejar algunas secuelas como dificultad para caminar o para mover un brazo o una pierna o dificultad para hablar . Generalmente requiere una temporada de rehabilitación. La fisioterapia, la terapia ocupacional o la logopedia pueden ayudar enormemente a estos pacientes; el tiempo de recuperación es muy variable y depende de cada caso.


- Un emperamiento del paciente por complicaciones neurológicas, infecciones, etc... Un porcentaje de estos pacientes fallecen.

También hay que tener en cuenta los cambios psicológicos que pueden producirse; los más frecuentes son la depresión o ansiedad, la labilidad emocional, la irritabilidad, la apatía y la falta de consciencia de las secuelas del ictus. No olvides de comentarlos con tu médico si es tu caso.

¿Cómo prevenir un ictus?

- Atención a la tensión arterial. La hipertensión arterial es el factor de riesgo más importante para la aparición de un ictus y se calcula que es causa directa del 25% de estos episodios. Contrólate de forma periódica la tensión arterial.

- Vigila la glucemia. Si eres diabético, tanto si necesitas insulina como si la tratas con pastillas, debes tener un control óptimo de tus niveles de azúcar en sangre.

- Algunas enfermedades cardiacas como las arritmias también son causa importante de ictus. Acude a las revisiones periódicas que tu médico te haya indicado y él te informará sobre si debes tomar o no medicación para la prevención de trombos.

- Evita el exceso de grasas. La arterioesclerosis o endurecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos puede también producir trombos causantes de ictus. La arterioesclerosis está relacionada con el consumo de grasas (colesterol y triglicéridos).


- Abstenerse de fumar. Los componentes del humo del tabaco y la nicotina también son causa de arterioesclerosis y a la larga pueden causar también ictus.

- Evita el consumo excesivo de alcohol. Con frecuencia oímos que uno o dos vasitos de vino al día pueden ayudar a nuestro corazón y ésto es cierto, pero no debe ser excusa para aumentar de forma importante su consumo. Son más perjudiciales aún los destilados: whisky, coñac y similares.

- Evita el sedentarismo; la obesidad puede prevenirse con el ejercicio físico. Caminar 20 minutos diarios a paso firme puede ser suficiente. Además mejorarás la función de tu corazón.


¿Cómo prevenir un nuevo ictus?

Las personas que han padecido un ictus deben seguir de forma rigurosa las recomendaciones sobre la dieta y el ejercicio que le haya proporcionado su médico, así como tomar de forma estricta y rigurosa la medicación que le hayan prescrito. Debe abstenerse del consumo de tabaco y alcohol. Si es hipertenso, debe controlarse la tensión arterial.


Con este artículo, hemos intentado acercaros un poco más a este problema sanitario. Esperamos que os sea útil y os recordamos que estamos a vuestra disposición para cualquier tipo de duda y/o comentario que queráis hacernos, como siempre, a través de nuestros canales habituales.


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