jueves, 22 de mayo de 2014

Requiebro primaveral

La primavera se deja notar en los campos, a pesar del temporal de lluvia y fío de los últimos días, que nos retrotrae al invierno. Hoy en "El color de la vida" os invitamos a cambiar de escala, a detenernos en las curiosas estampas que nos ofrece la Naturaleza coincidiendo con la época primaveral. Aves atareadas con sus nidos, larvas que abandonan el reposo invernal, mariposas revoloteando para poner sus huevos, insectos libadores atareados por un refresco de néctar, o erizos que salen de su refugio para darse un merecido paseo al sol de mayo. Acompáñanos en este paseo.





Decía la mítica seria "Doctor en Alaska" que la primavera era un pequeño regalo de locura justificada, en aquel capítulo llamado "Requiebro primaveral". Es posible que muchos hayamos sentido esa enajenación transitoria, un cierto bullicio hormonal difícil de explicar que desemboca en las sensaciones típicas de la primavera. La estación que trae consigo un ajetreo de fauna y flora.




El enfoque es importante. Si enfocas siempre en una misma escala, nunca podrás apreciar lo que ocurre en el resto de escalas que conforman el Universo. Algunas, como la cuántica, resultan de momento inapreciables a nuestra vista. Otras, como las pequeñas historias del día a día del Cosmos, están ahí afuera esperando a ser escuchadas. Un paseo por el bosque en primavera puede depararnos muchas sorpresas. Se nos presenta un mundo en el que no habíamos reparado, que convive con nosotros. Veamos algunos ejemplos:

Thomisus onustus es un araña cangrejo. Se les llama así porque tienen las cuatro patas delanteras más grandes que las cuatro traseras. Eso les da un aspecto de cangrejo. Este tomísido está esperando con entusiasmo a la primavera. Es su momento: aprovecha la floración para aguardar cerca de los pétalos al acecho de los insectos que llegan a polinizar. Para ello, utiliza su truco más mágico: cambia de color en cuestión de minutos. Por ejemplo, si la flor es amarilla, la encontramos de esta guisa:




... pero si la flor es rosa, nos viene mejor un modelito más "a juego":




Con este juego de camuflaje, la araña cangrejo está más cerca de su objetivo: llenarse la tripa. Hay otros animales que aprovechan la floración primaveral para atiborrarse:




A Erynnis tages, la Mariposa Cervantes, le encanta el buffet de flores. Un buen brezo como el de la foto, o un sabroso cardo, proporcionan un jugo azucarado a la altura de los buenos paladares. Desenrolla su espiritrompa para succionar el néctar, yendo de flor en flor al calor de un sol que nos invita a pensar en el verano. Otras mariposas, como Isturgia famula, también aprovechan el suministro de comida gratis que ofrece el campo en primavera. Este geométrido pasa el invierno como crisálida en el suelo, pero en cuanto las flores despuntan, se convierte en una bonita mariposa cuyos machos presentan un plumoso aspecto en sus antenas. Son verdaderos radares a la busca de feromonas de hembras:




Todavía quedan orugas en el campo en primavera. Las jóvenes larvas van de un lado a otro en busca de un lugar donde iniciar el extraordinario proceso de la metaformosis, que las convertirá en imagos adultos de mariposa. Uno de esos paseantes es Melitaea phoebe:




Pero ahí no acaba la cosa. En la primavera del bosque mediterráneo en las encinas de Quercus ilex rebrotan nuevas hojas a la par que se produce la floración. Sus hojas verdes perennes le acompañan todo el año, pero también renueva las antiguas hojas:




Las orquídeas exhiben en primavera sus formas que recuerdan a insectos, como por ejemplo a las abejas. El engaño es brillante: los machos engañados copulan con el labelo de la flor de la orquídea, creyendo que se trata de una hembra de su especie. Es un engaño no sólo visual, sino también olfativo e incluso táctil. Cada orquídea depende de una especie de insecto para su polinización:




Terminamos nuestro paseo natural con un escarabajo florícola, apasionado de llenarse la panza con trocitos de hojas y flores. Se trata del Escarabajo del sudario, Oxythyrea funesta. Aquí aparece poniéndose las botas en una flor de majuelo:




Nuestra propuesta para estos días es que dejéis de lado esa rutina continua que se hace llamar "Vida normal" para cambiar por un instante la escala de enfoque: diez minutos paseando por el campo en primavera puede depararnos sorpresas de todo tipo, así como hacernos comprender el delicado equilibrio natural que se mueve en el Cosmos aparentemente invisible que nos rodea. Sólo hace falta pararse a mirar

Podéis enviar vuestras fotos y experiencias a través de los canales habituales: los comentarios de este post o las redes sociales.




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