viernes, 20 de junio de 2014

Richard Strauss, 150 Aniversario

Hoy en "El color de la vida" os traemos el recuerdo de Richard Strauss, compositor alemán cuyo nacimiento acaeció hace 150 años. El aniversario se conmemora por toda Europa, y desde "Mi buhardilla secreta" le rendimos nuestro homenaje recordando su vida y su brillante obra.




El nombre de Richard Strauss está ligado para siempre al de la ópera. Nacido en Munich el 11 de junio de 1864, se cumplen en 2014 150 años de su venida al mundo. Este hecho se celebra con diferentes eventos a lo largo de Europa.

Por ejemplo, la Orquesta Estatal de Dresde ofreció este junio una selección de las más famosas arias de Richard Strauss. Fue en Dresde donde desarrolló la parte principal de su carrera. Fue sin duda un músico precoz. Su padre había sido intérprete de trompa en la Orquesta de la Ópera de Munich, lo cual ayudó a potenciar su talento innato. Le bastaron cuatro años de vida para escribir su primera composición. Con dieciséis, compuso su primera sinfonía. Se cuenta la anécdota de que compuso todo un Concierto para Violín durante una clase de matemáticas. De hecho, al término de su formación en la escuela había compuesto más de cien obras. No está nada mal. En Munich desarrolló, eso sí, estudios humanistas y musicales.

Fotografía de Richard Strauss en sus años de madurez

Richard Strauss se casó con la soprano Pauline de Ahna en 1894. La conoció precisamente en el estreno de su primera ópera, Guntram, que recordaba a las obras de Wagner. Guntram no convenció a la crítica. En 1894, Strauss debutó como director de orquesta en Bayreuth, con Tannhäuser. Realizó numerosas giras por Europa donde representaría obras de otros compositores y poemas sinfónicos como son Aus Italien (1886) o Don Juan (1889). También escribiría después sus propios poemas sinfónicos: compuso tres de temática heroica que han sido las obras que más han trascendido para el gran público: Así habló Zarathustra (Also sprach Zarathustra, 1896) -que pasó a la gran pantalla en la mítica 2001 Odisea en el Espacio, Don Quijote (1897) y Una vida de héroe (Ein Heldenleben, 1898). 

Aunque para él, su obra cumbre fue Sinfonía Alpina (1915), quizá menos conocida para el público. Escrita en 1915, esta obra nos describe once horas de aventuras de un alpinista en la montaña. Strauss escribe La Alpina en una época de su vida en la que se encuentra centrado en sus óperas. Por este motivo, más que una obra descriptiva de las peripecias de un alpinista, La Alpina es una ópera sin voces, en la que un valiente protagonista se enfrenta a las contingencias de la naturaleza. De hecho, Strauss no era biográficamente ajeno al mundo de la montaña: en 1908, se construyó una casa en Garmisch-Partenkirchen (Baviera), uno de sus lugares predilectos para componer. Por otro lado, el protagonista imaginario de esta sinfonía tiene innegables concomitancias con el Zarathustra de Nietzsche, un eremita que hace de la naturaleza, a menudo inhóspita, su refugio. Aquí os ponemos un fragmento de la Opertura 64, a ver qué os parece:





En 1900 estrenó su segunda ópera en Dresde: Feuersnot. Aquí comenzó una relación notable con el Teatro de Ópera de la ciudad alemana. En 1905 logró su primer gran éxito reconocido: Salomé. La calidad de la música de Salomé es tan notoria que impuso silencio a las voces que se alzaron en contra del expresionismo y modernidad de la ópera. Cuando se estrenó en la Ópera del Metropolitan, hubo una crítica tan feroz por parte del público que tuvieron que cancelarse las presentaciones posteriores. Indudablemente, muchas de las críticas tenían su origen en el tema escogido, pero también había personas a las que no les agradaba el exceso de disonancias que cargaba la obra, hasta el momento poco escuchadas en el teatro de Nueva York. Sin embargo, la ópera fue exitosa en otras partes, llegando incluso a darle los suficientes ingresos a Strauss para financiarse su casa de Garmisch-Partenkirchen.

En 1908 fue Director de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Después, inició con el poeta y dramaturgo Hugo von Hoffmannsthal una fructífera colaboración. Juntos colaboraron en óperas tan famosas como Elektra (1909), donde el nivel de disonancias era extremo.

En 1944 el estreno de su última ópera, Die Liebe der Danae (El amor de Danae) se frustró a causa de la guerra, aunque pudo estrenarse finalmente en 1952. La guerra trajo desgracias a Strauss, que contaba con familiares judíos a los que intentó salvar a costa de su influencia. De hecho, llegó a ser cuestionado por su hipotética adherencia al partido nazi. Realmente, la pertenencia al partido era prácticamente obligatoria para todo ciudadano alemán. Strauss compuso el himno para los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, celebrados en la Alemania nazi.

Richard Strauss falleció el 8 de septiembre de 1949 en su casa de Garmisch-Partenkirchen. Su legado es eterno. Desde aquí conmemoramos su brillante obra. Aquí tenéis un fragmento de su ópera Salomé, concretamente el famoso pasaje de la "Danza de los siete velos". Herodes Antipas está prendado de su sobrina Salomé, hasta tal punto que le otorgará de antemano cualquier deseo con tal de que baile para él. El deseo tal y como nos relatan los documentos bíblicos será la cabeza de Juan el Bautista.


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