La mayoría de los cuadros de intoxicación por setas que se atienden en los servicios de urgencias sanitarias se producen en otoño, la época por excelencia en que crecen en mayor número y diversidad. Según las estadísticas, suele afectar mayormente a personas de núcleos urbanos, es decir, personas que viven en las ciudades y que en otoño salen al campo los fines de semana a pasear y a recolectar setas. La gente del campo prefiere "no fiarse de las guías" y comer sólo las que reconocen como seguras. Como nos recuerdan en un interesantísimo artículo del área de Botánica de la Universidad de Almería: "La única norma fiable es el conocimiento de las especies comestibles, fruto de la experiencia". ¿Nos acompañas en este artículo?