Sentados en
los taburetes de la cocina del bar, Pablo el camarero continuó explicando la
historia del pequeño Lucas. El hombre volvió a ofrecernos amablemente algo para
tomar y en esta ocasión sí se lo aceptamos. Tanto Cristina como yo pedimos una
cocacola.
- Como os iba diciendo… - dijo mientras abría dos
botellas de cocacola de envasado antiguo mientras él se servía un botellín de
cerveza - … Lucas era un niño del pueblo pero no vivía aquí permanentemente.
Sus padres residían en Bilbao por el trabajo del padre, que era ingeniero
naval. Los abuelos maternos de Lucas, María y Ladislao, creo que sí eran
naturales del pueblo o al menos sí que residían permanentemente en él. El niño
pasaba el verano en casa de sus abuelos como tantos otros niños de la época.