Sábado 8 de septiembre
de 2012 (por la noche).
Transcurrida la jornada, me encuentro en mi habitación terminando de redactar mi diario. El día ha sido intenso
y no finalizaron las sorpresas cuando cerré la casa a mediodía y volví al Hostal para intentar comer algo. Tenía pocas ganas, la excitación no me dejaba
probar bocado. Celia me lo notó en la cara.
- ¿Le ha ocurrido algo?
Parece que ha visto un fantasma -. Dijo mientras me servía un revuelto de setas
que parecía estar bastante bueno. Hoy parecía estar algo más “dicharachera”. Dudé
entre relatarle todo lo que había ocurrido o explicarlo con menos detalles pero
al final me decidí por contarle una verdad a medias.